viernes, 14 de mayo de 2010
Mi amor se pierde en el camino
Érase una vez, una niña sola, muy sola que todavía creía que un día su vida se convertiría en un cuento de hadas pero lo que no sabía la niña es que su vida es algo más crudo… más oscuro… más descarnado… más desolado. Su vida es un naufragio en el que nadie, absolutamente nadie, irá a rescatarla .Y que sus sueños van quebrándose uno a uno, para dar luz a su propia realidad: oscuridad, soledad y tristeza. Pobre niña, condenada a mantener la ilusión de un sueño que está a punto de apagarse y detrás… ¿qué queda?….se preguntará la niña… detrás del tul… mi niña… no… hay… nada. Sólo sed. Sed de lágrimas.
Mira niña, mira: tu vida es en blanco y negro y te has quedado sin pintura. Naufragando en tu mar de lágrimas, cada vez más salado, cada vez más sedienta. Y sigues siendo tan bella, que nadie diría que tu pelo, ahora son algas podridas, que tus ojos son piedras grises, que tus labios son dos esponjas resecas y que tu corazón es un esqueleto consumido. Mira, niña, cómo te arrastras como un fantasma por las profundidades de tu alma. Mírate al andar, pareces danzar. Danzar tu propia muerte. La muerte de tus ilusiones.
Etiquetes de comentaris:
PEQUEÑAS ENTELEQUIAS
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario