jueves, 16 de julio de 2009

La sed de mi piel

Mi última semana en la gran ciudad.
Mi cuerpo se deshace como un helado en un desierto.
Y es que mi piel ya no puede más,
está harta de vomitar ácido nítrico por sus poros.
Me amenaza con un ataque de gallinas y erizos
sino la devuelvo de una puñetera vez
a su entorno natural:
sal,
rocas disgregadas,
corales
y
algas...