miércoles, 22 de agosto de 2007

Yo y el paraíso

Hasta ahora, para Yo todo era muy fácil:
-Yo en la ciudad era igual a Yo más intento de autorrealización menos familia partido estrés.
-El estrés era igual a presiones externas más ruidos infernales más listas de cosas por hacer, todo esto multiplicado por el tiempo al cuadrado (tiempo objetivo por tiempo subjetivo que le queda).
...y...
-Yo en la isla era igual a Yo más familia menos estrés partido por intento de autorrealización personal.

Casi todas las variables eran extrañas ( Yo no las puede controlar directamente, pero pueden influir en el resultado). Las variables que parecían más manejables eran los ruidos infernales: ambulancias, motores, gritos, empujones, tubos de escape, timbres, escaleras mecánicas, ascensores, chimeneas, trenes, lloros, atropellos, ..
Por tanto, hasta ahora la misión de Yo era ir a la isla para poner en reposo temporalmente la mente de Yo de todos los ruidos infernales de la gran ciudad, y así, obtener el efecto deseado: reducir el estrés, mediante el proceso de desconexión. Este proceso consistía en minimizar el estrés para poder reponer fuerzas para cuando Yo tuviera que volver a la ciudad.
Pero hace unos días que todo esto ha cambiado. Todo empezó una mañana en que Yo estaba leyendo en una hamaca y deseó cerrar los ojos, para disfrutar del silencio tan maravilloso que le rodeaba e iniciar el proceso de desconexión. Cuando, por sorpresa de Yo, de repente, del aparente silencio que le rodeaba, empezaron a surgir ruidos, como cuando el maíz, en aceite a fuego lento, se convierte en una frágil palomita. Y poco a poco,su oído fue descubriendo uno a uno los diferentes instrumentos de una orquestra, que empezó a crear una preciosa y única melodía: el viento pinzaba las hojas como cuerdas de una gran guitarra-árbol, tres ruiseñores mantenían un diálogo operístico acompañados por cencerros, y suaves vuelos de insectos seseantes. Yo se quedó durante unos minutos hipnotizado por tal melodía como si fuera una rata bailando al son del flautista de Hamelín.
Cuando volvió en sí, se preguntó que qué le había pasado: se encontró con diferentes números e incógnitas en las manos sin orden alguno. No sabía cómo, pero algo había cambiado, y supo que tenía que crear una nueva ecuación en seguida.
Yo se puso a la tarea, aunque en el fondo de su corazón, sabía que nunca volvería a ser el mismo.

jueves, 2 de agosto de 2007

¿Recursos? ¿Humanos?

T llega unos minutos antes, últimamente ha aprendido a obtener placer de la espera. Saluda a la recepcionista con una sonrisa.
T: Buenos días, vengo por lo de la entrevista de trabajo.
R: Ah, sí, ¿tenías la hora a las diez, no? Puede esperar allí.
T saca el libro y empieza a leer. De repente una voz interrumpe a Wilde.
E: ¿Antonia Ferrer?
T: Sí, yo misma. ("justamente ahora que estaba interesante, bueno, a ver qué tal, parece maja")
E: Acompañame, por favor ("la primera impresión es determinante, leer un libro mientras se espera puede ser calificado de poco interés por la entrevista y el trabajo, y si la contratamos quién no nos asegura que a la mínima que tenga poco trabajo, se ponga a leer y a perder el tiempo" )
Empiezan a andar por el infinito pasillo.
E: ¿Qué tal?¿Has llegado bien?¿Lo has encontrado fácilmente?
T: ¿Eh? Ah, sí, sí, muy fácil, muy fácil.
E: Muy bien ("poca capacidad de escucha, facilidad por la distracción, con cierta tendencia a la deseabilidad social")
E: Hace calor, ¿verdad? ("¿como puede llevar vaqueros en pleno agosto?: poca adaptabilidad al entorno")
T: Sí, mucho (joder, por dios, pero qué es esto, sólo falta que se ponga a hablar sobre lo que ha subido todo con el euro, podrían ser más originales en cuanto a preguntas para romper el hielo, dar un poco de confianza y todo eso)
Llegan a la sala donde supuestamente se hará la entrevista.
T: Hola (cuanta gente, ¿no? ¿y estas dos quienes son?)
E: Bueno, te presento a I. I y yo te haremos la entrevista.
I: Buenos días ("vaya pardilla, acabo con esta en un momento, tiene cara de padecer una inestabilidad emocional marcada, vamos a crearle un complejo de inferioridad, a ver cómo reacciona")
T:Buenos días (¡madre mía! esto parece el poli bueno, y el poli malo, ¿Pero la otra mujer quién es?I no parece tan maja, ¿es necesario que ponga esa cara a lo harry el sucio?, sólo le falta el "alégrame el día").
A partir de ese momento I monopoliza la entrevista. E permanece en silencio mirándola con lástima, y X observa y apunta con frialdad en una libreta.
I: Defíneme una insertora laboral ideal.
T: ¿Perdón? ("jo, qué directa ¿no?, no me lo esperaba..... ¿no está muy alta?...¿o mi silla es muy baja?.., pero ¿esta mujer qué se cree?..no puede ser..me estoy poniendo nerviosa...")
I: ¿Cómo? ("razonamiento abstracto nulo")
T: ¿Puede repetir?No he entendido muy bien la pregunta... ("ya entiendo porque no te viene a recibir la mala..")
I: A ver, que si es usted capaz de definirme cómo sería una insertora laboral ideal.... ¿lo ha entendido ahora? ("déficit de compresión verbal")
T: (¿¿¿¡¡¡usted????!!!! )Pues no sé... una persona abierta, que se adapte a las necesidades de los demás, capaz de motivar, activa, y.....no sé... ("y que sea 60, 90, 60...no te jode")
I: Muy bien ("idealista, indecisa, insegura, proceso lento estímulo-respuesta")
T: ("que acabe ya, me quiero ir de aquí)
I: ¿podría decirme una característica positiva y una negativa sobre usted?
T: (¿dónde está el apuntador? estoy en blanco..., ¿una cosa buena? ¿vital? ¿alegre?..no, no, ¿trabajadora?, ui no demasiado... ¿tranquila?, qué va si estoy demostrando todo lo contrario... ¿creativa?...): una característica positiva podría ser.... versátil("sí, capaz de adaptarse con facilidad y rapidez a diversas funciones"), y una negativa.... mmmm ("buffff tengo un montón... ¿cuál es la menos peor???) perfeccionista. (toma ya, a preguntas de libro de autoayuda, respuestas de libro de autoayuda).
I: Muy bien, ya la llamaremos ("de genio o carácter voluble e inconstante" "tendencia a la introspección dada por una falta de relación con los demás, y causada seguramente por una infancia marcada por la desestructuración familiar")
T: Muy bien, gracias.(" ¡al fin!, y luego digo que voy poco al teatro")
E acompaña a T a la puerta. Otra vez infinito pasillo.
E: Bueno, ¿qué? tendrás el mes de agosto de vacaciones, ¿no? qué suerte..
T: Sí. ("hija de puta")
Llegan a la puerta.
E: Bueno, muchas gracias por todo y que pases unas buenas vacaciones ("una menos")
T: Gracias (llego a estar en el paro o sin trabajo y no respondo de mis actos)
Vuelve a casa pensando, quizá una insertora laboral ideal sería todo lo contrario que un psicólogo de recursos humanos.

Sensibilidad mórbida

Si naces sensible, las opciones que tienes, son pocas.
La imaginación puede ayudarte a crear un refugio.
El arte puede transportarte a nuevos lugares y/o conocer otras perspectivas.
La amistad puede matar el "yo, sólo yo" y construir un "nosotros", y degustar el mejor de los placeres: compartir.El dolor disminuye al ser compartido, las alegrías aumentan al ser compartidas.

Y el sentido del humor.
Sin sentido del humor, estás perdida.