lunes, 28 de abril de 2008
sábado, 19 de abril de 2008
Algas condenadas a muerte
Y el paso del tiempo me pega otra bofetada. Y no puedo parar de vomitar cadáveres de flores muertas. La vejez me guiña un ojo, la enfermedad me apunta con una pistola, y la muerte suena una y otra vez en los altavoces que me ensordecen cada vez más.
Me baño en el mar de la vida agarrándome a las algas, me tapo los oídos para no oír su sufrimiento, cuando las arrancan una a una condendándolas a su desaparición.
Nado a contracorriente para olvidar, pero el remolino es más fuerte, y me arrastra al fondo.
Cementerio de animales.
¿Quién nos ha robado la sal?
¿Quién nos ha condenado a no flotar eternamente?
Me baño en el mar de la vida agarrándome a las algas, me tapo los oídos para no oír su sufrimiento, cuando las arrancan una a una condendándolas a su desaparición.
Nado a contracorriente para olvidar, pero el remolino es más fuerte, y me arrastra al fondo.
Cementerio de animales.
¿Quién nos ha robado la sal?
¿Quién nos ha condenado a no flotar eternamente?
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